Mi foto
Nombre:
Lugar: Madrid

jueves, 5 de noviembre de 2009

Totoro



Ya estamos en noviembre, el veranillo de San Martín ha quedado atrás (sonriente, saluda con la mano desde el polvo del camino mientras el coche avanza; tiene pinta de querer irse a pescar), y ¡por fin! he comprado tierra para los bulbos y los he plantado. Sólo queda que empiecen a asomar las cabecitas y que este año salgan flores, que es lo único que se les pide.

La semana que viene harán 4 meses desde que me mudé, el 11 de julio. Ya se ha cumplido de sobra el tiempo de adaptación en el que sólo tenía ganas de hacer el vago y disfrutar de la soledad, y aún no veo que mi vida cambie ni que haga todas esas cosas con las que he estado años autoengañándome, convencida de que las haría cuando tuviera tiempo para no hacer nada. Sigo pasando las mañanas conectada a internet, o haciendo alguna cosa por casa, pero sin coger un pincel, ni ir a ningún sitio, ni repasar-reaprender idiomas, ni salir de esta rutina en la que tan a gusto estoy.... Porque es verdad que me encuentro bien así, aunque a veces me sienta culpable al pensar en la cantidad de planes que tenía y que por pereza o gaterío (rrrwwwll junto a la estufa) dejo de hacer.

Ojalá pudiera desdoblarme, ojalá una yo pudiera quedarse en casa junto al teclado o cosiendo y la otra pudiera irse a patinar, que es lo que habría hecho esta mañana si no hiciera tantísimo viento y el día fuera tan desapacible, aunque el sol salga a ratos y haga brillar las hojas del magnolio de enfrente. Marta con su café de sabor a caramelo, y Marta con Rammstein a todo volumen intentando recuperar lo poco que aprendió sobre 4 ruedas en línea en el patio de Capitán Arenas.

De un tiempo a esta parte pienso cada vez más en lo curioso que es que haya gente a la que le ha pasado de todo en la vida y aún sigue en pie, activa y adelante, y gente como yo, que ha llevado una existencia de lo más tranquila, sin sustos ni problemas excesivos. No sé quién es el encargado de repartir, pero sí que estoy muy, muy, muy agradecida por la vida que me ha tocado. O quizá sea verdad que depende de cada uno el tener una existencia movida o contemplativa.

Por ejemplo, cuando tenga mi semana de vacaciones estirada (ja, ja, ja) hasta 12 días, estoy convencida de que SÍ iré a patinar, y a nadar, y a dar una vuelta por Madrid una tarde que haga bueno, a ver si ya hay castañas asadas... Y ahora estoy convencida de ello, porque son muchos días, pero si llega el momento y lo que me apetece es quedarme acurrucada en el sofá leyendo o avanzando la costura de alguna colcha..... Pues tampoco será malo.

2 Comments:

Blogger Piruleta said...

Lo que te sucede a ti nos pasa a la mayoría de los mortales nos imaginamos haciéndo infinidad de cosas que nos divierten y que nos encantaría hacer pero al final se quedan en la mitad...desde mi humilde punto de vista creo que si estas leyendo acurrucadita en el sofá...( que maravilla, yo también me estoy imaginado así ahora mismo)
y escribiéndo estas aprovechando tu tiémpo de la manera que más disfrutas, sí es cierto hay más vida más allá del sofá...Pero palpable es que se te da muy bien esto de escribir....

16 noviembre, 2009 15:40  
Blogger Marta said...

Así es como me consuelo cuando veo que se hace de noche y me habría gustado hacer algo durante la tarde, algo más que acurrucarme (mmmmm, así voy a pasar la de hoy).... Intento no arrepentirme recordando que eso es lo que más me apetecía hacer en el momento...
Muchas gracias por tus palabritas, sientan muy bien! :)

16 noviembre, 2009 16:20  

Publicar un comentario

<< Home