La campana de viento

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martes, 29 de septiembre de 2009

23 de enero



Yo quiero reencarnarme en un chaval de 11 años. Quiero quedar con los amigos, hacer saludos secretos como el que he visto hoy hacer a dos de ellos (bailoteo con las piernas), escupir desde lo alto de los puentes, sentirme aún cerca de mis padres pero empezar a buscar independencia, como el que se asoma a la puerta para ver qué tiempo hace mientras la mantiene abierta. Quiero salir a los parques en las tardes de verano y volver a casa empapado en sudor, y jugar al fútbol mientras oscurece en invierno y las tardes se vuelven rosa, azul y humo de leña.
Mi infancia como niña ha sido genial, pero quisiera poder meterme en la piel de un chico y ser un salvaje sin trabas, y subirme a los árboles sin que me miren raro.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Galletas de mantequilla



Galletas de Mantequilla


Ingredientes:

- 250 grms de mantequilla.

- 200 grms de azúcar.

- 2 huevos.

- 500 grms de harina (se puede poner algo más).

Mezclar la mantequilla (a temperatura ambiente) con el azúcar y los huevos. Añadir la harina y seguir batiendo. Cuando llevemos la mitad de la harina hay que seguir a mano, porque se pega bastante. Dejar reposar la masa una hora en el frigorífico. Precalentar el horno a 180° (unos 10 minutos, he visto en alguna otra receta). Para amasar, se espolvorea algo de harina en el rodillo, y así no se pega la masa. Cortar las galletas con un cortapastas y colocarlas en una bandeja de horno. Yo utilicé papel especial para hornear, pero se puede probar con una bandeja antiadherente. Se hornean en aproximadamente 12 minutos, hasta que se vean doradas pero todavía un poco blandas. Se dejan enfriar en una rejilla.

Antes de meterlas al horno se pueden hacer cortecitos decorativos, o poner bolitas minúsculas, o lo que se te ocurra, dependiendo de la forma de la galleta.

También hay que tener en cuenta añadir un poco de esencia de vainilla, o de azahar.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Setas de tela

Hace unos meses, cuando empezó la razzia en internet para buscar todo sobre patchwork, encontré un blog que ya no funciona, por haberse mudado su escritora, Stephanie Barnes, a una casa más grande. Allí encontré unas fotos de setas de tela como ésta que he hecho yo (el erizo es de una de mis tiendas favoritas, la omnipotente Ikea). ¡Sólo le faltan unos botones para ser una amanita com cal!

Ha sido mi primera seta, sed indulgentes, por favor.



http://littlebirds.typepad.com/little_birds_handmade/stuffed/

lunes, 21 de septiembre de 2009

La mujer de Dios



Dios está en su casa sobre la colina, asomado a la ventana, mirando las olas romper ahí abajo. La casa es alta y estrecha, y blanca. Parece un faro, pero sin luz. No la necesita; ya tiene a Dios.
Pues Dios está en su casa, encima de las rocas de la playa, en una habitación de techo muy alto y casi vacía. Hay un marco apoyado en la pared, un par de desconchones aquí y allá, y una mesita de patas largas con un jarrón de cristal azul encima. Casi parece el estudio de un pintor que acabara de mudarse a otro sitio, cansado de ver siempre el mismo paisaje. No ha quedado ni la proverbial araña hilando su proverbial tela en el rincón del techo.
Está Dios en su casa, en su habitación de artista, la habitación para pensar sobre las cosas del mundo y sobre otras muchas cosas sobre las que piensa Dios, cuando entra su mujer. "Oye, Dios", le dice, "¿en qué estás pensando?". Porque la mujer de Dios no tiene los poderes de Dios, y no tiene manera de saber lo que discurre detrás de su barba. Después de todo, sólo es su mujer.
Dios pone mal gesto; no le gusta que le interrumpan mientras piensa. No se puede concentrar, y comete errores. El mundo fue creado mientras la mujer de Dios le preguntaba dónde quería pasar las vacaciones.
"En cosas que nunca entenderías", dice con voz engolada.
La mujer de Dios resopla y se asoma también a la ventana. En el horizonte está empezando a formarse una tormenta.
"¿No te parece", dice Dios, "que este sitio comienza a hacerse un poco aburrido?"
La mujer de Dios mira las olas. Mira la arena. Mira las rocas. Y ya no hay más que mirar, ni un sólo cangrejo, ni un alga, ni una gaviota, sólo la luz, que cada vez es más rara y amarilla, aunque el sol está bastante alto y aún queda mucha tarde.
"¿No te has echado hoy la siesta?", pregunta la mujer de Dios.
Dios masculla algo para su barba. Entonces hace un pequeño gesto con el índice de la mano derecha, y un rayo parte el cielo y cae al mar. Dios se ríe con estruendo. "Sí, creo que estoy un poco harto de este lugar. Deberíamos mudarnos". Las nubes crecen y se oscurecen, caen más rayos y a Dios le da la risa.
Entonces la mujer de Dios, que no puede leer en la mente de su esposo, pero no es tonta en absoluto, le mira fijamente y le dice: "Ni se te ocurra, ¿oyes? ¿Es que pensabas hacer caer el cielo sobre nosotros y este lugar sin decirme nada? ¿Hoy, que he hecho la colada de toda la semana y tengo la ropa tendida en el patio? Pero ¿tú sabes cómo se me van a poner las sábanas con esta tormenta?" La voz de la mujer de Dios va aumentando de volumen según aumenta su enfado. "¡Las sábanas de mi madre! ¡Y ayer estuve toda la tarde trabajando en mi jardín de rocas! ¡Y hace tan poco que nos trasladamos...! ¿Es que no podemos tener un poco de paz por un tiempo?"
A estas alturas Dios se ha desinflado un tanto. Ya no le apetece disfrutar de su tempestad. Los rayos se tornan relampaguitos débiles y confusos. Las nubes aclaran.
La mujer de Dios se ablanda. Le acaricia la calva. "Venga, esta noche te haré tu postre favorito, y a lo mejor después de cenar...".
Dios y su mujer salen de la habitación sobre el mar. Ella le describe con palabras tiernas la velada que tendrán esa noche, y Dios se va poniendo más contento. Aún así, con un giro de meñique que su mujer no ve, un golpe de viento se lleva uno de los almohadones tendidos, pinzas y todo, y lo eleva hacia el cielo hasta que desaparece con un destello.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Septiembre

Y creo que vuelvo, que voy a volver, rodeada de hilos y de tazas de té y de fine bone china en mi casita de juguete con mi vida de juguete.

Principiante, pero haré lo mejor que se pueda. Veremos si hay constancia....