A flote
El padre rata se llevó a su hijito rata al puerto. Una vez allí, se acercó a un buque de guerra francés y, deteniéndose junto a un noray, le mostró la soga de amarre.
- Hijo mío, la crueldad humana no tiene límites. ¿Ves aquella plancha redonda de acero que hay a medio camino de la cuerda? Nos impide entrar y disfrutar de las delicias de los barcos, como el queso de la despensa y los dedos de los marineros en sus literas. Una vez, mi tío abuelo Alois intentó saltar por encima, y cayó al mar, donde se ahogó. Ahora, vámonos a casa.
Sin duda, la vida enseña valiosas lecciones.
- Hijo mío, la crueldad humana no tiene límites. ¿Ves aquella plancha redonda de acero que hay a medio camino de la cuerda? Nos impide entrar y disfrutar de las delicias de los barcos, como el queso de la despensa y los dedos de los marineros en sus literas. Una vez, mi tío abuelo Alois intentó saltar por encima, y cayó al mar, donde se ahogó. Ahora, vámonos a casa.
Sin duda, la vida enseña valiosas lecciones.
(De "El Nido de urraca" de Chris)
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home