Se mueve
Fue en enero cuando empecé a controlar el minuto exacto de la tarde en que se encendían las farolas, y a comprobar que cada día era uno después. Los árboles estaban pelados, casi pidiendo que no los mirara en su desnudez, como en El viento en los sauces; la luz era azulada, y el momento en que aparecían esas cuatro luces, casi mágico. Mi ventana es un sitio estupendo para asomarse al mundo.
La Tierra sigue girando, y ahora lo que veo son miles de hojas, y es bueno, pero echo de menos poder sentarme como hacía cuando tenía tiempo y estaba en casa, y ver las cosas desde fuera aun estando dentro.
2 Comments:
Y ver las cosas desde fuera aun estando dentro...qué bonito!!
El caso es ver! :)
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